Cuando buscas un envoltorio que no parezca hecho en masa, que no grite plástico por todos lados y que además encaje con la estética cuidada de tu evento, estas bolsas de papel kraft tienen mucho que decir. Son sencillas, sí. Pero ahí está su fuerza.
El papel kraft que no necesita disfrazarse
Estas bolsas no pretenden ser otra cosa. Están hechas de papel kraft auténtico, con ese tono natural que nos recuerda lo artesanal, lo hecho con mimo. Al tacto son resistentes, no esas que se deshacen en cuanto pones algo dentro. Aquí puedes meter desde caramelos hasta pequeños jabones, frasquitos o cualquier otro detalle sin que se deformen.
Tamaño práctico, ni grande ni incómodo
Con sus 12 x 22,5 cm, se adaptan bien a regalos pequeños o medianos. No son las típicas bolsas que tienes que doblar tres veces porque sobran por todos lados, ni las que te hacen sufrir intentando meter el detalle dentro. Son justo lo que necesitas cuando tienes claro que el envoltorio también comunica.
Ideas...
Cuando buscas un envoltorio que no parezca hecho en masa, que no grite plástico por todos lados y que además encaje con la estética cuidada de tu evento, estas bolsas de papel kraft tienen mucho que decir. Son sencillas, sí. Pero ahí está su fuerza.
El papel kraft que no necesita disfrazarse
Estas bolsas no pretenden ser otra cosa. Están hechas de papel kraft auténtico, con ese tono natural que nos recuerda lo artesanal, lo hecho con mimo. Al tacto son resistentes, no esas que se deshacen en cuanto pones algo dentro. Aquí puedes meter desde caramelos hasta pequeños jabones, frasquitos o cualquier otro detalle sin que se deformen.
Tamaño práctico, ni grande ni incómodo
Con sus 12 x 22,5 cm, se adaptan bien a regalos pequeños o medianos. No son las típicas bolsas que tienes que doblar tres veces porque sobran por todos lados, ni las que te hacen sufrir intentando meter el detalle dentro. Son justo lo que necesitas cuando tienes claro que el envoltorio también comunica.
Ideas reales para usarlas en eventos
En bodas: pon dentro una botellita de licor artesanal o un puñado de pétalos secos para lanzar a los novios.
En bautizos o comuniones: rellénalas de chuches personalizadas o galletitas decoradas.
En cumpleaños o fiestas escolares: perfectas para crear un rincón de dulces autoservicio o como bolsitas de agradecimiento.
En tiendas físicas o mercadillos: también funcionan muy bien como envoltorio sostenible para pequeños productos hechos a mano.
Un acabado que se adapta sin esfuerzo
Lo bueno de su diseño es que puedes dejarlas tal cual, con ese look rústico y limpio, o darles tu toque: cuerdas de yute, pegatinas personalizadas, etiquetas colgantes… incluso una ramita seca hace maravillas si te gusta ese aire natural que tanto se lleva.
Perfectas para dulces . Eso si......una pieza. Cuidado con el tamaño